La moda está mutando. La moda, tal y como la conocíamos hace algunas décadas, está muriendo. Los blogs, las redes sociales, la ecología, el comercio justo...están modificando el modo en que se pensó el negocio y su influencia en la sociedad.
Desde el momento en que Coco Chanel introdujo en la indumentaria femenina los pantalones todo ensayo en el vestir ha sido considerado moda. Ya se apreciaron algunos cambios en el sector cuando, a mediados del siglo pasado, los grandes diseñadores comenzaron a elaborar sus magníficas creaciones inspirándose en la gente de a pié en lugar de seguir marcando la pauta. En la actualidad, aquella conciencia de vestir algo único, sin lugar a copias, una obra maestra,...ha desaparecido casi por completo; ese valor ha sido destruido por una sociedad que lo quiere todo, que se cansa rápido y no se apega. Esta pérdida se materializa en los precios: podemos ver el corsé de leopardo de la última campaña de D&G, o casi idéntico, en H&M por una veinteaba parte del precio original; o la mítica chaqueta de tweed de Chanel diseñada por Karl Lagerfeld en una versión low cost de Zara.
Ahora, ir a la moda es vestir según unos cánones "impuestos" por personajes del mass media o, simplemente, vestir "diferente", combinando ropa y complementos de forma anticipada a los roles del momento.
Intentar aventurarse al rumbo que va a tomar la moda, tal y como hoy en día es comprendida, es imposible; es una metamorfosis continua, visible día a día en escaparates y calles.
La pregunta que me sugiere todo este fenómeno es, ¿hasta dónde vamos a llegar? ¿Qué va a ser la moda en unos años? ¿Un simple envoltorio? ¿Algo de usar y tirar que tan sólo contiene algo de valor durante algunas semanas? ¿Llegaremos, como presentan algunas novelas futuristas, a crear una especie de "uniformes" para cada ocasión?
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